¿Queres mantener tu casa alejada de gérmenes y agentes patógenos? Pues toma nota. A continuación, verás cosas que nunca hubieras imaginado que se tienen que limpiar… ¡a diario!
Trapos de cocina
Aunque no los veas sucios, los trapos de cocina y las toallas de mano son uno de los lugares más contaminados de la casa: los utilizan varias personas, están expuestos a los gérmenes que hay presentes en la comida y, en el caso de las toallas, pueden tener incluso restos fecales. Según los expertos en limpieza y orden es obligatorio cambiarlos a diario y limpiarlos si no queremos correr ningún peligro.
La tabla de cortar
Los microbios y los hongos se acumulan en sus recovecos, y hay estudios que sostienen que se pueden encontrar 200 veces más bacterias fecales en una tabla de cortar que en un asiento de inodoro. Por este motivo, además de lavarlas bien después de utilizarlas, se aconseja que uses algún desinfectante como, por ejemplo, agua y vinagre o bicarbonato, dos de los productos de limpieza caseros que funcionan y no perjudican la salud.
La encimera de cocina
Está considerada como uno de los lugares más sucios de la casa porque es donde se deja la comida y se apoyan las bolsas de la compra, el correo, las llaves y otros objetos que vienen de la calle. Además de considerarse obligatorio limpiarla y desinfectarla a diario, se recomienda decantarse por encimeras de materiales lo más impermeables posibles y no utilizar el mismo trapo que utilizas para limpiar otras superficies de la cocina o de la casa para evitar la contaminación cruzada.
El fregadero de la cocina
Según estudios recientes el fregadero está hasta 100.000 veces más contaminado que el baño. Si quieres mantenerlo limpio y desinfectado, al final del día dale un repaso, tapa el desagüe, llénalo con agua y añade vinagre para eliminar todos los gérmenes que hayan podido quedar. Pasados unos 5-10 minutos, lo puedes destapar y enjuagar. Y no te olvides de limpiar la grifería, que está igual de expuesta que el fregadero.
El estropajo
Cuando lavas los platos, retiene parte de la grasa, la suciedad y los gérmenes y no basta con enjuagarlo con agua… Se recomienda lavarlo a diario con agua y jabón y cambiarlo cada dos o tres semanas. Y sobre todo no lo uses para otra cosa que no sea limpiar los platos. Utilizar los mismos productos y bayetas para todo es uno de los errores que los expertos quieren que dejemos de cometer.
Platos sucios
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Si dejas los platos sin lavar, lo único que consigues es atraer insectos así como otros microorganismos, y dificultas su limpieza posterior.
La cafetera
Existe un mito muy extendido que defiende que no hay que lavar nunca la cafetera para que el café sepa mejor… Si eres de las que se lo ha tomado al pie de la letra, tienes que saber que así lo único que consigues es que se acumule moho y otros agentes patógenos. Lo más recomendable es desmontar las cafetera a diario, lavarla con agua y jabón todas sus partes extraíbles, enjuagarlas y dejarlas secar antes de volver a montarla.
El microondas
Es uno de los errores que cometes con los electrodomésticos más comunes. Al tener puerta, pocas veces nos fijamos en el interior del microondas, donde se acumulan salpicaduras y restos de comida. Si lo usas a menudo, es necesario darle un repaso a diario, así como a los fogones o a la placa. Aquí tienes los trucos más eficaces para limpiar la placa de cocción, el horno y la campana extractora.
Los azulejos de la ducha
Los azulejos del baño son un medio ideal para la proliferación de virus y bacterias: húmedo y calentito. Por regla general, se recomienda lavarlos al menos entre una y dos veces por semana, pero muchos expertos aseguran que los de la ducha, en concreto, los deberíamos al menos secar cada día para evitar la proliferación de moho y otros hongos. El truco es tener una toallita para estos menesteres y después de la ducha, pasarla rápidamente y tenderla para que se seque también.
Suelos con migas o restos de comida
No hagas la vista gorda con las migas y los restos de comida que van a parar al suelo cuando estamos comiendo en la mesa o en el sofá. No solo contribuyen a la acumulación de gérmenes y agentes patógenos, sino que, además, atraen insectos: cucarachas, hormigas… Después de comer, pasa la escoba o el aspirador. No cuesta nada y te evita muchos riesgos.